Me llamo Tatiana y soy la persona que, junto a la coordinadora de tratamientos, Verónica, recibe a los pacientes del centro de Ortodoncia Myriam Sada en su primera visita. Soy la persona encargada de realizarles las primeras fotografías para diagnosticar su caso y por eso tengo un contacto muy directo con ellos.
De hecho, suelen recordarme y, a menudo, cuando vienen al centro preguntan por mí. Incluso muchos, al desconocer mi trabajo, piensan que, al igual que otras compañeras, soy auxiliar de ortodoncia y al conocerme ya ¡me piden que les ponga yo los aparatos!
Podría contar mil anécdotas, pero no cabrían en todo el blog. Eso es, sin duda, lo que más me gusta de este trabajo y de este centro: permite crear una relación especial con la gente, sobre todo con los niños, muy cercana, y eso para mí es impagable. Para ellos también es muy especial, ya que se sienten únicos ¡y lo son!
Conocí el centro por una compañera y tras hacer la entrevista, me quedé. De eso hacen ya 5 años y desde entonces he aprendido muchas cosas. Lo primero es que aquí es muy importante trabajar con energía y en equipo: es lo que hace que todo salga bien. También aprendo cada día de las personas y sus tratamientos de ortodoncia: por ejemplo, la importancia de detectar problemas o anomalías en los dientes a la edad más corta posible ya que cuanto antes se vea, más fácil será solucionarlo y evitar problemas mayores.